reserva marina de la masía blanca
La reserva marina está formada por una circunferencia de 0,2 millas de diámetro, que se denomina reserva marina integral, rodeada por un área de 0,6 millas llamada zona de amortización. El área se extiende frente a una gran playa de arena, interrumpida por la riera de La Masia Blanca, y constituye un atractivo turístico muy importante para la zona. Hay dunas originadas por la acción del viento con las construcciones realizadas en la costa; estas dunas fijas han sido colonizadas por plantas que forman una comunidad vegetal completa muy típica de los sustratos de arena.
En el mar, igual que en tierra firme, el relieve acoge numerosas especies y favorece que la biodiversidad aumente. La reserva marina de La Masia Blanca, que se creó con la finalidad de proteger unos fondos rugosos, excepcionales en una área donde dominan las arenas y los barros, está localizada frente a las playas de El Vendrell, cerca del puerto de Coma-ruga.
Estos fondos están constituidos por barreras de origen biológico (comunidades coralígenas), perpendiculares a la costa, entre un fondo arenoso y otra barrera de gran longitud, paralela a la línea de la costa situada en la parte más profunda de la reserva marina. Asimismo, abundan los prados de la planta acuática endémica del Mediterráneo, la Posidonia oceanica, que forma un laberinto rico en especies de invertebrados (pulpos, sepias, nácares…) y vertebrados (salmonetes, meros, doradas y lubinas entre otros). Este relieve submarino ha favorecido el establecimiento de varias comunidades que se intercalan, presentando una gran biodiversidad.
Se pueden distinguir tres comunidades diferentes, dependiendo del tipo de sustrato: comunidades de sustrato blando con vegetación de prados de Posidonia oceanica; un fondo de sustrato blando sin vegetación, caracterizado por la arena en la que se desarrolla una fauna rica en invertebrados, pequeños crustáceos y peces típicamente bentónicos, y un fondo de sustrato duro, caracterizado por roca biogénica, que con su propia formación tienen especial protagonismo las algas de la familia de las coralináceas, que forman un relieve muy rugoso con numerosos agujeros que sirven de refugio a innumerables organismos del fondo.
Esta comunidad, llamada en lenguaje científico precoralígeno de ambientes infralitorales en el límite del circalitoral, en Cataluña la llaman grapissar, conocida como maërl en otras zonas del litoral.
Los prados también constituyen un paisaje digno de admiración por su magnífica belleza, y forman un hábitat de gran riqueza pesquera. Además, el fondo de maërl, escaso en el Mediterráneo, de un crecimiento muy lento y muy vulnerable, presenta un interés ecológico destacado, porque a la heterogeneidad especial que lo caracteriza se le añade la elevada biodiversidad, es decir, la abundancia de especies, incluso algunas de ellas muy poco comunes y otras de interés pesquero. Cabe añadir que a la reserva marina llegan las aguas termales del manantial de Brisamar que, durante todo el año, salen a 19ºC y enriquecen de forma natural las aguas de la reserva que, igual que las del Mediterráneo, se caracterizan por la pobreza en nutrientes y la transparencia.