Justo cuando se acaba de publicar el libro sobre la Casa del Portal del Pardo, con motivo de la conmemoración de sus 500 años, la Fundación Apel·les Fenosa ha descubierto tres fragmentos de la decoración escultórica de la fachada.
Mientras se estaban preparando los embalajes para la esculturas que se presentarán el próximo mes en la muestra "Universo Fenosa" en D’Or Museum de Sant Julià de Ramis (Girona), el azar ha provocado que el director de la Fundación haya encontrado una caja que contenía tres esculturas del siglo XVI, que habían estado conservadas y guardadas por Apel·les y Nicole Fenosa.
A través del libro sobre la Casa del Portal del Pardo, se sabe que Luis Nin, de gran capacidad adquisitiva y solvencia económica, fue su propietario en 1527 y que fue el artífice de la rehabilitación del edificio con el estilo renacentista que lo caracteriza. En esta reconstrucción se levantó la torre encima del portal. Por lo tanto, Luis Nin fue el promotor del palacio renacentista con la estructura similar que vemos actualmente y con su característica decoración de relieves con los grotescos de la época.
Esta iconografía se puso de moda en Europa tras el descubrimiento de la Domus Aurea de Nerón, en Roma. Elementos vegetales se combinan con quimeras y animales mitológicos, siempre con composiciones simétricas. En la fachada, fuera murallas, hay una inscripción con el monograma IHS que representa Jesús. En la parte superior de la casa hay una galería a base de arcos rebajados lobulados. Los tres fragmentos escultóricos corresponden a un animal alado con cabeza de ave, que seguramente estaba en uno de los frisos de los ventanales; a un dragón, que formaba parte de una voluta, y en un elemento decorativo vegetal.
Este descubrimiento, que se expondrá en breve en una vitrina visible desde la calle, recuerda la importancia de la decoración del edificio, un claro ejemplo renacentista de la comarca.